Haciendo acopio del
título del artículo de Maruja Torres en El País de hoy, por identificarme con él y con la cabeza aún
mirando para Shiva, Bhrama y los colores de la India, recuerdo el viernes 20
de Julio pasado cuando aún los colores estaban por venir. Casi sin tiempo sin
de mirar la “lista de Schindler” y se empezaron a desteñir antes de tiempo,
antes de ser lavados. Qué pena, este año
se me metió en la cabeza que necesitaba irme de Jerez para ver la magnitud del
color y al final he tenido que echar de menos la negrura de Jerez. Aunque no
soy de aquí, creo que nunca fue tan negra Jerez o tan negro.
Al principio pensé,
me fui pensando que era un mal sueño, decidí no dar más vueltas de las que doy
habitualmente a la comedura de coco (ya
me conozco y casi siempre exagero) pero a medida que mi retina iba percibiendo
colores apelmazados y buscaba los hilos
perdidos de Internet para ver el Diario de Jerez, me iba dando cuenta que no
era una mala graduación de la vista hecha hace poco en General Óptica, no, era
un vendaje previo a lo siniestro que me espera a partir de hoy.
Me acordaba de mis
amigos y amigas y de mis compañeros y compañeras y no sabía qué hacer. A veces
lloraba, a veces me recluía en mi extravío cotidiano y pensaba que hay más
mundo que Jerez. Pero por todas partes aparecía el ERE. Qué es un ERE?, me decía, mientras la vista se me
iba a los colores de los sahris, a los rojos, amarillos, violetas, verdes,
azules… Un ERE es algo muy doloroso
cuando está bien hecho (bien hecho nunca está, pero en fin)… Pero aquello no
era un ERE, aquello era una medida cutre, con el solo objetivo de dañar con tintes que ya no están de moda.
Qué cutre, qué mediocridad más malvada, esto ya no se hace ni en lo que ellos
llaman “repúblicas bananeras”.
Es cierto que a
fuerza de intentarlo, hubo momentos de esplendor, que ni el más mal
intencionado consiguió que percibiera aunque solo fuera un instante el reflejo
de la luna en el lago sagrado de Puskhar, eso no lo consiguieron, y vi el color
oro amarillento, también imaginé a los tuaregs
ocultos en las dunas del desierto del Thar, una noche cuando la luna se
escondió y mi fantasía pedía a gritos un “ataque solidario“ mortificando el
deseo carnal… Pero es cierto... la noche es muy larga y al final siempre
aparecía el sueño cruel…
Y volvían a mi
mente mis amigos y amigas, mis compañeros y compañeras… y necesitaba tener
whasapp, pero como siempre no tenía cobertura.
Qué es un ERE? Qué
cutre, que sea Jerez la cabecilla de los ERESCHIDLER que nos esperan.
Voy a afinar mi
retina, porque el color no me lo van a desteñir.
Desde Erencierro damos gracias enormes por esta colaboración. Y de camino, os animamos a todos a aportar vuestra opinión, ya sea a través de los mismos comentarios y/o artículos, aportaciones y demás (imaginación al poder)...
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